Para los antiguos egipcios el otoño constituía el periodo de madurez del año en curso, la etapa de reflexión sobre lo vivido en su transcurso y la que le conducía inexorablemente a la muerte y la regeneración. Como tal, el otoño era también la estación de los propósitos y la esperanza de que el venidero fuera, quién lo duda, mejor.
Con esa idea y sobre manto aún leve de las hojas que comienzan a pintar de cansancio los rincones de nuestro instituto, nace este blog que inauguramos hoy y cuyo propósito no es otro que facilitar el desarrollo de la asignatura que compartimos.
En breve, se convertirá en una herramienta de trabajo, ¿diaria?, para optimizar nuestro esfuerzo (apuntes, prácticas, conceptos, fechas...), aunque espero que sea también una vía de escape en la que todos podamos expresarnos dentro de los límites educativos que profesamos. ¡Fumata blanca!
Con esa idea y sobre manto aún leve de las hojas que comienzan a pintar de cansancio los rincones de nuestro instituto, nace este blog que inauguramos hoy y cuyo propósito no es otro que facilitar el desarrollo de la asignatura que compartimos.
En breve, se convertirá en una herramienta de trabajo, ¿diaria?, para optimizar nuestro esfuerzo (apuntes, prácticas, conceptos, fechas...), aunque espero que sea también una vía de escape en la que todos podamos expresarnos dentro de los límites educativos que profesamos. ¡Fumata blanca!
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