El texto es una fuente histórica primaria, de naturaleza jurídico-política y destinado al público. Se trata de un fragmento de la Constitución de 1812 promulgada por las Cortes de Cádiz el 19 de marzo.
Históricamente podemos enmarcar este hecho tras el estallido de la Guerra de la Independencia (1808-1814) que provocó que los patriotas se sublevaran y dotasen de nuevos instrumentos políticos: las Juntas, desarrolladas al margen de la autoridad tradicional, las cuales en 1810 decretaron la reunión de las Cortes en cámara única y no por estamentos como pretendían los más tradicionales. Estas Cortes inauguraron sus sesiones en septiembre de ese mismo año y en 1812 elaboraron la Constitución de Cádiz, la primera de la historia de España si obviamos el Estatuto de Bayona.
Desde el punto de vista político, esta constitución establece ideas liberales en contra del Antiguo Régimen, lo cual suponía una ruptura político-administrativa con el pasado. Actuaban en nombre de Fernando VII y en el del pueblo español.
La idea principal del texto se encuentra recogida en el primer párrafo introductorio el cual habla de la Constitución de Cádiz elaborada con el fin de organizar políticamente el reino y en la que se reconoce a Fernando VII como Rey de España en su ausencia, ya que estaba secuestrado en Bayona por parte de los franceses que lo habían engañado a el y a su padre, Carlos IV.
Esta constitución presume de ideas liberales y en ella la autoridad emana de la Nación, ya que Fernando VII no es nombrado Rey por la gracia de Dios sino también por parte de la Nación española, como cita literalmente el texto en las dos primeras líneas.
Las ideas secundarias se pueden resumir en:
- Capítulo I: la Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios, es libre e independiente y está obligada a conservar y proteger la propiedad y los derechos de los individuos.
- Capítulo II: son españoles todos los hombres libres nacidos en España y una de las principales obligaciones de estos es el amor a la Patria. La religión de la Nación es la católica.
- Capítulo III: el Gobierno de la Nación es una Monarquía hereditaria y su objeto es la felicidad de ésta. Hacer las leyes residen en las Cortes con el Rey, ejecutarlas reside en el Rey y aplicarlas reside en los tribunales establecidos por el Rey.
La Constitución de Cádiz implicaba el fin de los privilegios territoriales y determinaba la consecución de un estado unitario y centralizado. Debido a ello, España se encontraba divida en dos bandos: los absolutistas, partidarios de abortar las reformas, y los liberales que apoyaban las ideas revolucionarias. Fernando VII, a su regreso a España, en vez de dirigirse a Madrid cambió su itinerario y fue a Valencia, en donde le esperaban diputados absolutistas para entregarle un documento: el Manifiesto de los Persas. Finalmente, éste derogó la Constitución de Cádiz y reestableció la monarquía absoluta.
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