Blog de Aula del profesor MANUEL MUJERIEGO para la asignatura de HISTORIA de 2º de Bachillerato del IES Maestro Juan Rubio de La Roda (Albacete).

martes, 17 de noviembre de 2009

3. LOS REINOS CRISTIANOS: RECONQUISTA Y REPOBLACIÓN.

1. INTRODUCCIÓN: El nacimiento y expansión de los reinos cristianos.

Iniciada la conquista musulmana y hasta el siglo X la hegemonía política correspondió a Al-Ándalus, a partir de entonces y hasta el fin de la Reconquista (1492), la supremacía fue de los reinos cristianos, los cuales se extendieron del norte al sur peninsular. En el siglo XIII, la estabilidad política y la unificación general llevaron al nacimiento de la Corona de Castilla y la Corona de Aragón, ambas se extendieron hacia el norte de África, la zona Atlántica y el Mediterráneo occidental. Paralelamente se adoptaron las estructuras socioeconómicas del feudalismo y la cultura cristiana. Los reinos cristianos fueron:

Reino Asturleonés: poblado por astures, cántabros y vascones. Tuvo su origen en la victoria de Covadonga (722) por el noble Pelayo ante los árabes durante los reinados de Alfonso I y Alfonso II. El reino gozó de gran prosperidad y posición hegemónica gracias a la legislación visigoda. En la segunda mitad del siglo IX el condado de Castilla se independizó con su conde Fernán González. Finalmente, en el siglo XI, el reino astur sufrió una gran crisis debido a las luchas internas y los ataques árabes.

Reino de Castilla: surgido de la unión de Castilla y Aragón (1037) bajo el reinado de Fernando I, estableciendo el sistema de parias con los reinos de taifas. Su hijo, Alfonso VI, conquistó Toledo (1085) pero las incursiones de los almorávides y almohades (siglos XI-XIII) frenaron la expansión, relanzada posteriormente por Alfonso VII y Alfonso III, quien conquistó Cuenca, desarrollando las órdenes militares. La derrota de los almohades en la batalla de Las Navas de Tolosa (1212) permitió a Fernando III conquistar Extremadura, el valle del Guadalquivir con Córdoba (1236) y Sevilla (1248)y el este de Murcia (1246). Alfonso XI venció en la batalla del Salado (1340) y conquistó Algeciras, permitiendo el control del Estrecho de Gibraltar. Granada, el último reducto musulmán, fue conquistado por los Reyes Católicos (1492).

Reino de Portugal: Alonso Enríquez, aprovechando la guerra civil, proclamó la independencia del territorio. Tras las intenciones de Castilla de hacerse con el reino después de la muerte del rey Fernando I sin descendencia masculina, Portugal se alzó en armas y derroto a Castilla en Aljubarrota (1385).

Los condados Catalanes: a finales del siglo VIII se liberaron del poder musulmán. La derrota de Carlomagno frente a los vascones en Roncesvalles (788) le llevó a tomar Barcelona. En el siglo X hubo una época de crisis aprovechada por el Califato de Córdoba para atacar la zona. En el siglo XII los condados se unieron a Aragón.

Reino de Navarra: (830) tuvo su época de mayor esplendor durante el reinado de Sancho III el Mayor gracias al uso de una gran fuerza militar, alianzas matrimoniales y las relaciones de vasallaje. A su muerte, dividió el territorio en Navarra, Castilla y Aragón. La guerra civil (1451) debilitó el reino y facilitó la conquista por Fernando el Católico (1512).

Reino de Aragón: fundado por Ramiro, hijo de Sancho III, comenzó su expansión por el valle del Ebro tomando Huesca, Barbastro y Zaragoza (1118). En 1137, el reino se unió a los condados catalanes gracias al matrimonio de Ramón Berenguer IV y la heredera de Aragón. Nació así la corona de Aragón, la cual se extendió por el Mediterráneo conquistando Sicilia, Cerdeña y Nápoles.

2. LA RECONQUISTA: Etapas.

Proceso de expansión territorial de los núcleos cristianos a costa de los territorios peninsulares dominados por el poder islámico (Al-Ándalus) entre los siglos VII-XV, puesto que los reinos necesitaban expandirse debido al crecimiento demográfico, la feudalización, la búsqueda de botín y nuevas tierras que repoblar.

Primera etapa: (722-1031) abarca desde el nacimiento de los núcleos de resistencia y su articulación política a la descomposición del Califato de Córdoba. Esta labor fue realizada por los reinos cristianos del norte: el reino astur-leonés, el condado de Castilla, condado de Aragón, el reino de Navarra y los condados catalanes. Las debilidades políticas de los reinos cristianos en el siglo X y el estacionamiento, provocaron la parálisis del avance conquistador.

Segunda: (1031-1300) ruptura de la unidad de Al-Ándalus y el surgimiento de los reinos de taifas, junto con el crecimiento demográfico, el espíritu de la cruzada y las innovaciones militares marcaron el comienzo de la verdadera ofensiva cristiana. Alfonso I conquistó Zaragoza y el valle medio del Ebro. Ramón Berenguer IV completó el dominio del valle del Ebro. Alfonso IX inició la reconquista más espectacular, de León se expandió hasta Extremadura, Jaime I de Aragón incorporó a sus dominios las Islas Baleares y Valencia y Fernando III de Castilla conquistó la Andalucía Bética e incorporó Murcia.

Tercera: (1300-1492) Alfonso XI conquistó Algeciras, lo que propinó el control de Gibraltar. Solo quedaba en poder musulmán el reino nazarí de Granada, el cual subsistió hasta la época de los Reyes Católicos, quienes pusieron fin en 1492.

3. LA REPOBLACIÓN: Etapas.

Ocupación de aquellas tierras que se habían mantenido deshabitadas tras la conquista musulmana o que los reyes cristianos habían conquistado a Al-Ándalus y se encontraban abandonadas.

Siglos IX-X: los repobladores procedían de la Cordillera Cantábrica. El sistema utilizado era la presura. Se repobló Galicia, las zonas del Duero, el Alto Ebro y Cataluña.

Siglos XI-XIII: los reyes favorecieron la repoblación concejil por medio de fueros (conjunto de normas y privilegios) otorgados a villas que quedaban excluidas de la jurisdicción señorial. Barcelona entregó cartas pueblas para impulsar la colonización de nuevas tierras.

Siglo XIII-XV: se generalizó el sistema de repartimientos. En este caso la población musulmana pudo permanecer en sus tierras conservando su religión y costumbres, debido a que la población mudéjar era necesaria para mantener la agricultura. Los terrenos repartidos se adjudicaron según la clase social del receptor.

 

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