- Predominio de la razón frente a la tradición. Utilización de la crítica para defender la razón.
- La mayoría de las monarquías controlaba el poder religioso.
- La tolerancia religiosa estaba mantenida como una manifestación a la tolerancia y pluralidad humanas.
- Interés por las actividades productivas y mejora de condiciones de vida para conseguir la felicidad.
- Comprensión de la importancia de la educación para lograr la felicidad y difundir el uso de la razón. El Estado dirigía el proceso educativo.
Ayudaron también en el campo político José Campillo y Zenón de Somodevilla, destacó el padre Benito Feijoo defendiendo la libertad de pensamiento, y Gregorio Mayans en la recuperación y actualización del castellano. El momento más brillante fue durante el reinado de Carlos II, déspota ilustrado, que unió la tarea intelectual con la política de personajes como Aranda, Floridablanca, Campomanes, Cabarrús y Jovellanos.
El interés científico y académico subió, y se fundaron centros de estudios y experimentación como el Real Gabinete de Historia Natural, el Real Jardín Botánico, las escuelas de mineralogía, de ingenieros industriales y de caminos, y el Instituto de San Isidro de Madrid.
Muchos estudios se realizaban fuera de las universitades puesto que enéstas regía la tradición y era difícil acercarlas a las nuevas ciencias y tecnologías. La mayor parte de las ideas fueron difundidas por las academias y las Sociedades Económicas de Amigos del País, que reunían grupos de ilustrados para fomentar la riqueza y transmitir los ideales reformistas del gobierno, sostenidos por elementos activos y comprometidos de la sociedad, derivando muchos en Kuntas de Caridad y Beneficencia como la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País (1765) y Matritense (1775).
Como consecuencia de lo anterior, la creación de centros de enseñanza superior permitió la formación de científicos ilustrados; se fomentó la enseñanza técnica y la militar. No hemos de olvidar la expedición a América de José Celestino Mutis (1763) y la de Alejandro Malaspina (1789) por las posesiones españolas americanas y del Pacífico. Los facores que provocaban el atraso económico e intelectual de España fueron:
- El predominio intelectual del pensamiento escolástico y el control de la Iglesia sobre la educación y las nuevas ideas.
- La escasa valoración social de la ciencia, la técnica y las actividades profesionales relacionadas con el comoercio y las manufracturas.
- La mala situación agraria, provocada por la pervivencia de numerosos privilegios.
También se incitó a la población para que se alzara contra las reformas como ocurrió en el motín de Esquilache en 1766, que se produjo por el alto precio de los alimentos y la hambruna, y por la intención de reformar las vestimentas de la población. Carlos III destituyó a Escquilache y abarató el precio del pan.
En los que respecta al ámbito castellano-manchego se produjeron dos importantes hechos de armas: la batalla de Almansa (1707) y las de Brihuega y Villaviciosa (Guadalajara), en 1710.
Superando este episodio bélico, la población creció y se consolidaron los grandes poblachones manchegos. En cuanto a la economía, la agricultura siguió siendo el sector dominante; los métodos agrícolas y ganaderos mantenían los modos tradicionales. La industria textil avanzó gracias a la Real Fábrica de Paños de Guadalajara. En cuanto a la sociedad, el bloque nobiliario y eclesiástico mantuvo su situación de peeminencia. En cuanto al aspecto cultural, en Castilla-La Mancha se desarrollaron las Sociedades Económicas de Amigos del País, como la de Siguenza (1780). La vida cultural podría resumirse en la actuación del cardenal Francisco Antonio de Lorenzana.
1 comentarios:
Puede valer, pero cuidado con alguna de las características iniciales. El monarca ilustrado es Carlos III.
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